martes, 30 de septiembre de 2014

Invitado: Dzongsar Khyentse Rinpoché



No es la gran cosa 





Hasta cierto punto, la mente de la renunciación es muy simple: tenemos una mente de renunciación cuando nos damos cuenta que todo esto no es la gran cosa. Alguien te pisa los dedos de los pies (o te ofende o te insulta) - ¿Por qué tanto alboroto? Entre más nos acostumbremos a esta noción, tendremos más mente de renunciación. La renunciación tiene, de algún modo, esta connotación de abandonar algo. Pero es como el ejemplo del espejismo. No puedes privarte del agua porque no hay ninguna: Es solo un espejismo. Es más, no tienes que abandonar un espejismo, porque ¿cuál es el sentido de renunciar a un espejismo? Uno solo necesita saber que es un espejismo. Tal entendimiento es una renunciación enorme. En el momento en que sabes que es un espejismo, es muy probable que ni siquiera vayas allí porque sabes que es falso. O aun si vas, no hay decepción porque ya sabes qué es lo que hay allí. Como mínimo, solo te llevarás una desilusión pequeña.



Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español, mía.

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