jueves, 14 de mayo de 2015


Un griterío de pájaros rompe al amanecer, como si fuera el primero, o el último. La gata araña la puerta de mi recámara y maúlla, tratando de forzar la entrada. 

¿Y yo?

Yo amanezco con mono, aunque de mi lado del Atlántico quizá no se entienda lo que quiero decir, aunque diferenciar las dos orillas del océano ya no tenga sentido.

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