viernes, 11 de marzo de 2016

.e.s.c.a.b.u.l.l.é.n.d.o.m.e.


escabullir

Del lat. vulg. *excapulāre 'desatar', y este del lat. capulāre 'atar, enlazar', der. de capĕre 'coger'.
Conjug. c. mullir.
1. intr. p. us. Salir de un encierrode una enfermedad o de un peligro.
2. prnl. Dicho de una cosaIrse o escaparse de entre las manos.
3. prnl. Dicho de una personaApartarsesin que de momento se notede la compañía  en que estaba.
4. prnl. Huir de una dificultad con sutileza.
5. prnl. Eludir la fuerza de las razones contrarias.


Me gusta cómo suena esta palabra. Me gusta su origen. Y de sus cinco acepciones hoy me quedo con la cuarta porque recientemente me caché a mí misma huyendo de una dificultad con sutileza.

Escribir es, sin duda, uno de los momentos de mayor intimidad conmigo misma. Para mi sorpresa, aun ahí (quizá, más ahí), me escabullo de mí misma. Por fortuna, cuento con Isa, mi profesora de proyectos narrativos (y mis compañeros de curso) para hacerme ver cuándo, dónde y cómo huyo de la historia que estoy contando, saltándome la escena principal de un capítulo mediante una elipsis, por ejemplo, o resumiendo en un pispás el clímax de otro, como si el lector ya supiera lo que pasa.

Hace unos días, en una conversación (virtual y no por ello menos real) sobre el proyecto narrativo que ahora me ocupa, comenté cómo a veces siento que la historia me quema y quiero salir corriendo. Isa me señaló que está muy bien que localice eso, que igual antes no lo sentía, pero me pasaba lo mismo. Como siempre, ha dado en el clavo.

Hoy que sé y veo cómo me escabullo cuando escribo es cuando puedo ir encontrando la manera de desescabullirme y, en palabras también de Isa: "Ir al meollo, ir al grano, no andarse con rodeos. No tengas miedo de poner a tus personajes en situaciones de conflicto".

Y con todo y las dudas y la frustración y la sensación, de pronto, de que el proyecto me queda grande, no cambiaría por nada la emoción y el placer de la escritura.

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