martes, 16 de agosto de 2016

.82.


Son los años que cumpliría hoy mi papá. Hace dos, visité a mi tía Marisa unos días después de lo que hubiera sido el cumpleaños 80 de su hermano adorado y me sorprendió regalándome esta foto de él, donde está en el rancho de ella en Chimal a sus cincuenta y tantos años.

Me encanta porque es muy él: desde la sonrisa y el bigote (del que estaba tan orgulloso), hasta la mirada e incluso la manera en que sostiene las gafas y lleva el anillo, en esas manos tan suyas.


Hoy lo extraño. Y puedo imaginarme conversaciones que no tuvimos, libros y películas que no compartimos (de él aprendí el gusto por la literatura y el cine). Quizá hasta me atrevería a enseñarle lo que escribo (aunque de eso no estoy tan segura...) Lo que no puedo imaginarme es cómo se vería él hoy. Hace 18 años que murió, antes de cumplir los 64. Sé que a él probablemente no le hubiera gustado verse pasados los 80, aunque quizá habría aprendido a disfrutar la vida desde una edad a la que siempre le temió. Quién sabe.

Hoy recuerdo la vertiente luminosa de su amor.

Y le dejo aquí una flor fresca, recién abierta este 16 del 8 del 16, aun sabiendo que era más partidario de las plantas cultivadas que de las silvestres. Yo creo que disfrutaría el color, el brillo y la forma de esta:


2 comentarios: